Éramos un nosotros
Lo conocí un 18 de julio del 2013, él había terminado su bachillerato en el mismo colegio que yo pero en distintos años. Él tenía 23 cuando lo conocí, yo iba a cumplir mis 19. Fue una noche muy interesante, yo recién estaba saliendo de una ruptura con una persona que pensaba que le importaba, pero él apareció y empezamos a hablar. Él era el tipo de hombre romántico y cursi, bromista, de buen humor, juicioso e inteligente; él tenía todo para hacerme feliz, dos semanas después de haber hablado casi todo y todos los días, decidimos volver a encontrarnos. Fue un 4 de agosto que decidimos vernos en un parque y yo lo acompañé a un partido de fútbol, lo esperé por casi uno hora, hasta que por fin llegó. Cuando lo vi, sentí muchas cosas y supe que él me cambiaría la vida. Así empezamos a salir más seguido, él jugaba los domingos fútbol saliendo de la ciudad y los sábados en la universidad (estudiábamos en la misma universidad).Yo solía acompañarlo los dos días y así fuimos agregando más días para vernos entre semana, me fui encariñando con él pero no con un cariño de amistad sino de amor. Para su cumpleaños, le di un hermoso regalo y aspiraba poder decirle lo que sentía por él, pero el miedo al rechazo me ganó. Así pasaron los días, encontrándonos como amigos, y dos semanas después de su cumpleaños, él me dice que en una fiesta conoció a una chica que realmente le gustaba, y yo... bueno yo oficialmente quedé en la FRIENDZONE. Terminó el año y hasta el 20 de diciembre no lo volví a ver, luego de un mes y medio sin saber de él, me enteré de que había terminado con la chica y mis esperanzas volvieron. Yo ahora era parte de su vida, pues él había desarrollado sentimientos hacía mí. El 21 de febrero del 2014 nos besamos por primera vez y descubrí que estaba enamorada de ese hombre y que lo quería en mi vida, que todo lo quería con él para siempre... pero él no estaba seguro y durante mucho tiempo fue una indecisión entre aquella chica y yo. Cada día me enamoraba más de él, y cada cosa que compartíamos me hacía feliz. Pero de lo que era no queda nada. Mientras duró me hacía sentir segura, feliz, me hacía reír, lo conocí perfectamente, conocía sus sueños y cada una de sus metas y eramos muy felices, y yo sentía que éramos indispensables el uno para el otro y estaba muy segura que era él con la persona que quería estar el resto de mi vida. Pero 3 meses después su actitud hacia mí cambió, su desconfianza aumentó, se volvió celoso, seco, cortante y le daba igual hablar conmigo o no. Me peleaba, me celaba y revisaba mi teléfono y mi facebook... Ahí todo empezó a empeorar y las cosas definitivamente cambiaron. Terminamos la relación, él decía que su futuro estaba primero y que no podía compartir con nadie hasta no saber qué quería de su vida. Sé que cometí errores, que dije mentiras y que en momentos de rabia hablé mal de él, pero siempre tuve claro que lo amaba, que estaría ahí y que quería ser parte de su futuro acompañándolo en cada uno de sus sueños y sus metas. Pero todo acabó. Una relación se hace de a dos, y yo me encontraba sola. Ahora sólo recuerdo un nosotros y todo lo que solíamos ser. Él me hacía muy feliz y sé que lo recordaré y lo amaré por mucho tiempo pues durante esos dos años fuimos el uno para el otro y aunque eso murió siempre lo recordaré.